En el alcornocal nos introducimos gracias a un camino de piedra que invita a dejarse rozar por los brezos y las escobas, los arces y las cornicabras que encontraremos junto a labiérnagos, madroños, mestos y quejigos. Los durillos y los jazmines ornamentan el conjunto al lado de las jaras blancas y, finalmente, de los alcornoques que les otorgan la coherencia.